Exposición de Matisse en Valladolid

16 Nov

10 Dic

2023

Matisse. Arte en equilibrio

Centro > Sala de Exposiciones de las Francesas

entradas
no disponible

De martes a domingo y festivos de 12 a 14 y de 18.30 a 21.30 horas

Latitud: 41.649608

Longitud: -4.729209

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La exposición ‘Matisse. Arte en equilibrio’ presenta la última etapa del maestro francés a través de más de 60 obras del artista. 

Litografía, linograbado, aguatinta o dibujo realizados por el maestro y una colección de fotografías de la capilla del Rosario, concebida y decorada por Matisse y considerada por él como la culminación de su obra, descubrirán al visitante la etapa de madurez del artista.

Matisse consideró ese periodo una segunda vida. Después de ser sometido a una intervención quirúrgica que le dejó importantes secuelas, en sus últimos años muestra su vibrante energía, pero también enfoca su obra hacia un plano espiritual. Cumple, así, con su concepción del arte como medio que debe imprimir paz en el espíritu del espectador. En el plano estético, además de mantener el empleo atrevido del color y el rechazo a las normas academicistas que lo convierten en uno de los grandes renovadores del lenguaje plástico del siglo XX, se lanza a explorar nuevas vías de expresión para desarrollar su potencial creativo.

Comisariada por Helena Alonso, la muestra presta especial atención a la idea que Matisse sostenía sobre el arte, al que consideraba un mediador para llevar hasta el centro de las ciudades, donde en su opinión se pierde la relación con el mundo circundante, la alegría de vivir, la paz y la conexión con el cosmos. Una idea que esta exposición presenta con piezas como un dibujo acompañado de una transcripción suya del Cántico de las criaturas de san Francisco de Asís.

En esta misma línea, el recorrido dedica una sección a una de las obras más relevantes de su última etapa, la Capilla del Rosario en la localidad francesa de Vence, a la que el artista dedicó cuatro años: desde su participación en el desarrollo arquitectónico hasta la creación de vidrieras, la decoración de las paredes o el diseño de los objetos litúrgicos con una innovadora ligereza. Una colección de instantáneas de la fotógrafa Hèléne Adant presentan la original capilla. “Quiero que los visitantes de mi capilla experimenten un alivio del espíritu. Que, aún sin ser creyentes, se encuentren en un medio en el que el espíritu se eleve, el pensamiento se ilumine, el propio sentimiento se alivie”, manifestó Matisse sobre esta empresa a la que llegó a considerar ‘la culminación de una vida’.

La exposición también pone de manifiesto el gusto de Matisse por la exaltación de los colores, que llega a independizar del dibujo y de la perspectiva, a través de obras como La danza, una de sus litografías más conocidas por sus colores vibrantes y su fuerza expresiva. Otro notable ejemplo en la muestra de la importancia que el artista le daba a la reproducción del color es el de las portadas para la revista Verve, que, en algún caso, requirieron hasta 26 pases por imprenta para garantizar la exactitud cromática.

‘Matisse. Arte en equilibrio’, dedica una importante selección de piezas a la literatura como fuente de inspiración para el artista, quien ilustró la narración epistolar amorosa Lettres portugaises, libros de artista como Repli o los Poemas de Charles d’Orleans, caso en el que adopta el medievalismo; y creó el libro ilustrado Apollinaire, con una de las imágenes más reconocibles del artista, las tres máscaras que representan la amistad entre Rouveyre, Matisse y Apollinaire. Todas estas piezas están presentes en la exposición junto con seis autorretratos y otros seis retratos que hizo de su amigo el poeta y dramaturgo Guillaume Apollinaire.  

Por último, la muestra evidencia la fascinación de Matisse por otras culturas a través de la serie de retratos de los inuit que realizó para ilustrar la obra de su yerno George Duthuit Une fête en Cimmérie, trabajo para el que recurrió a libros de exploradores, fotografías y la excepcional colección de máscaras que Duthuit llevó a Francia en 1947.