agenda

14 Mar
15 Mar
2026
A new sketches of Spain
entradas
no disponible
Coreografía y danza: Israel Galván
Música en vivo: Michael Leonhart – trompeta y Ensemble
Arreglo y orquestación: Michael Leonhart
Producción musical : Alberto Fabris
Sonido: William Novati / Pedro León
Luces : Francesco Trambaioli
Producción: Compañía IGalván y Ponderosa Music & Art
El bailaor Israel Galván (Premio Nacional de Danza, Premio 'El Desplante' del Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión y el Premio del Concurso de Jóvenes Intérpretes en la IX Bienal de Flamenco de Sevilla, entre otros) se une al trompetista de jazz estadounidense Michael Leonhart en esta propuesta, que se estrena en el Teatro Calderón de Valladolid.
La España que en el Nueva York de los sesenta Miles Davis y Gil Evans habían cincelado en un disco perfecto, esa España transfigurada en música que aún tiene la elocuencia y la verdad de los sueños, vuelve por fin a casa, a su hogar natural, en el esplendor flamenco de Israel Galván. La suya es una danza sobrenatural, y no sólo por el virtuosismo del intérprete, sino por la búsqueda constante de un exceso, de una desproporción entre el gesto humano y lo que la música, o el silencio, no alcanzan a decir. Aquí está Andalucía, polvo y luz, cielos morados y sombras negras como biblias.
Aquí está Aranjuez, embriaguez de melancolía, el demonio meridiano, el luto de los jardines. Aquí están las procesiones de Semana Santa, el canto ritual de los balcones, la soledad desgarradora y orgullosa. Emociones encarnadas en el ímpetu de un solo cuerpo polifónico.
Si Gil Evan había conseguido, en palabras de Miles, que una orquesta sonara como una sola guitarra, el arreglo y la orquestación de Michael Leonhart para el pequeño conjunto concebido por Alberto Fabris, la ingeniosa introducción de los violonchelos en el conjunto, revelan aún más claramente el movimiento de los ritmos y las constelaciones armónicas, la pureza de las melodías, la fuerza indestructible de las antiguas escalas árabes que cavan, se doblan y se retuercen en el alma como un blues andaluz.
Al fin y al cabo, España nunca se movió de aquí, de esta primera hibridación del África negra en una música que al cabo de unos siglos se llamaría jazz.